viernes, 28 de diciembre de 2012

Por un Año 2013 de cine (sin paz para los especuladores y privatizadores)

“Ya no tenía motivo alguno por el que levantarme cada mañana. Mi estudio estaba en el ático de un pequeño edificio de tres plantas de 9th Street; tenía un tragaluz en el techo, una cama grande en una esquina y un teléfono sobre el suelo. No había ningún otro mueble, ni siquiera un reloj. La luz me despertó. No sabía qué hora era, ni tenía especial interés en saberlo. Mi capital se reducía a una moneda de cinco centavos. No pensaba moverme hasta que sonara el teléfono y alguien me invitara a almorzar o me ofreciera un trabajo, o al menos un préstamo. El teléfono, sin embargo, se resistía, y mi estómago empezaba a protestar. supe que cualquier intento de seguir durmiendo sería inútil.
Me di la vuelta en la cama y vi que la casera había echado tres cartas por debajo de la puerta. El único correo que había recibido en las semanas anteriores habían sido facturas de teléfono y electricidad. La misteriosa tercera carta me hizo salir de la cama.
Como era de esperar, una de las cartas era de Consoldated Edison, la compañía eléctrica. La segunda venía del Departamento de Justicia, y me informaba de que yo, Robert Capa, ex ciudadano húngaro y actualmente sin nacionalidad definida, pasaba a ser considerado por la presente un potencial enemigo extranjero, y como tal debía hacer entrega de mis cámaras, objetivos y armas de fuego, además de solicitar un permiso especial si quería alejarme a más de quince millas de Nueva York. La tercera carta era del redactor jefe de la revista Collier’s. Me decía que Collier’s, después de haber valorado mi portfolio fotográfico durante dos meses, había llegado a la repentina conclusión de que yo era un gran fotógrafo, que estaría encantado de encargarme un proyecto especial, que me habían reservado una plaza en un barco que salía hacia Inglaterra en cuarenta y ocho horas y que adjuntaba un cheque de 1 500 dólares como anticipo.
Me encontraba ante un interesante dilema. Si hubiera tenido una máquina de escribir, y el carácter suficiente, habría respondido a Collier’s para contarles que estaban requiriendo los servicios de un enemigo extranjero, que no podía ir ni a Nueva Jersey, mucho menos a Inglaterra, y que el único lugar al que podía llevar mi cámara era a la Oficina de Propiedades de Enemigos Extranjeros del ayuntamiento.
No tenía máquina de escribir, pero sí una moneda de cinco centavos en el bolsillo. Decidí echarla al aire. Si salía cara, intentaría salirme con la mía y viajar a Inglaterra; si salía cruz, devolvería el cheque y le explicaría la situación a Collier’s.
Lancé la moneda y... salió cruz.
Entonces me di cuenta de que en una moneda de cinco centavos no había ningún futuro y tomé la decisión de guardar (y cobrar) el cheque y apañármelas de algún modo para llegar a Inglaterra.”
Endre Ernö Friedmann, conocido como Robert CAPA
(Budapest, Hungría, 22 de octubre de  1913 – Thai Binh Vietnam, 25 de mayo de 1954),
Slightly Out of Focus. 1947 (Ligeramente desenfocado, 2009)

 
FELIZ AÑO 2013...
BRINDANDO PORQUE TRAIGA UN RECORTE RADICAL EN EL NÚMERO DE  SINVERGÜENZAS Y UN AJUSTE ESTRICTO DE LOS GASTOS DE ESTA PÉSIMA Y TRISTE REPRESENTACIÓN A LA QUE DÍA TRAS DÍA NOS SOMENTEN...
ACASO ASÍ PODAMOS EXPLOTAR EL MEJOR DE LOS CINISMOS EN LA RECUPERACIÓN DE LOS  VIEJOS SUEÑOS COMUNES Y ADORNARLOS DE NUEVO CON LAS MEJORES IMÁGENES.
¡¡SALUD, JUSTICIA Y LIBERTAD!!
Nacho Fernández del Castro, 28 de Diciembre de 2012 

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