jueves, 23 de enero de 2020

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO ABRE LA PROGRAMACIÓN DE DE SU CINE-FORUM “RECUPERANDO LA MEMORIA HISTÓRICA” EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2020 (TERCERA PARTE DEL CICLO “FILMÁBAMOS AYER…”) CON LA PROYECCIÓN DE LA ALDEA MALDITA (1942) DE FLORIÁN REY (27 DE ENERO)

Resultado de imagen de La aldea maldita (1942)
El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), en la sesión del mes de Enero-2020 (Lunes, día 27, a las 19 horas) da continuidad a su Cine-Forum “Recuperando la Memoria Histórica, con la tercera parte del Ciclo “Filmábamos ayer…: Florián Rey, Luís García Berlanga, Luís Buñuel, Juan Antonio Bardem, José María Elorrieta, Rafael J. Salvia” (que seguirá haciendo una cala en lo mejor -y más olvidado- del cine clásico español de grandes directores ya fallecidos)… 
Resultado de imagen de Florián ReyEsta actividad, organizada en colaboración con elDepartamento de Proyectos Culturales de la FMCEyUP del Ayuntamiento de Gijón, arranca con la proyección de La aldea maldita (España, 1942) de Antonio Martínez del Castillo, conocido como FLORIÁN REY (La Almunia de Doña Godina, Zaragoza, 25 de Enero de 1894- Benidorm, Alicante, 11 de Abril de 1962)... Quien fuera el gran referente de la época muda del cine español e impulsor de la industria cinematográfica durante la Segunda República convirtió la versión muda de La aldea maldita, 1930, en la gran obra maestra del cine silente español por la fuerza expresiva de sus imágenes (a lo que contribuyó el hecho de que, rodada inicialmente sin sonido, éste se le añadiría en la fase de postproducción en París para su estreno en la Sala Pleyel, aunque dicha cinta sonora no se conserva y sólo ha permanecido la inicial versión muda), posteriormente revisada en la postguerra (1942) en una versión sonora en la que la censura franquista dejó su impronta... 
Resultado de imagen de La aldea maldita (1942)Este remake explícitamente planteado como un “poema cinematográfico” modifica el estatismo expresionista (de planos fijos que funcionan como retablos) de la versión de 1930 para retratar con cámara en movimiento la vida de Juan de Castilla (Julio Rey de las Heras), ahora un acomodado labrador con varios peones a su cargo (frente al humilde hidalgo campesino con ideas y sentimientos de gran señor de la década anterior) en medio de una mísera aldea mesetaria, Luján, donde, tras sufrir tres años de granizo y sequías que diezman las cosechas, la mayoría de los lugareños se ven forzados al éxodo hacia la ciudad. Juan (mal) vive con su esposa Acacia (Florencia Bécquer), su hijo y el abuelo ciego; así que, cuando una disputa con el cacique de la zona, acaba con sus huesos en la cárcel, Acacia abandonará esa aldea sobre la que parece cernirse una maldición para buscarse la vida, dejando atrás hijo y abuelo, en la ciudad… Aunque allí sólo encontrará la degradación. Pero tres años más tarde, Juan la encontrará en una taberna con otro hombre, y, acuciado por el orgullo, la obligará a retornar al hogar y mantener las apariencias hasta que muera el abuelo… ¿Será posible el perdón?.
Resultado de imagen de La aldea maldita (1942)
Concebida como un poema cinematográfico narrado por capítulos, La aldea maldita, en su versión sonora de 1942, no es, en absoluto, una obra menor… La minuciosidad de la realización, la adecuación del ritmo (con ausencia total de planos reiterativos), la dirección de intérpretes (que supera cierta rigidez con la eficacia de los diálogos), una narración tocada por el sentido de la medida, una puesta en escena capaz de sumergirnos en la poética mísera del ambiente gracias a la excelente fotografía en blanco y negro de Heinrich Gärtner (con evidente influencia bien asumida de los maestros del cine soviético) dota la propuesta de gran fuerza plástica, de una belleza visual incuestionable. Pero, además, sobre un drama familiar que muestra el contraste (casi atemporal) entre la honra femenina y el orgullo varonil (con inolvidable final de perdón, por cierto, nada común en la época), se levanta el drama social del éxodo rural a las ciudades y la frecuente degradación personal que supone, ¡casi una década antes de la magistral Surcos (1951) de Juan Antonio Nieves Conde!... Aunque lo haga con mucha más ingenuidad. La aldea maldita constituye, en fin, una propuesta (dentro de los límites impuestos por la censura, que eliminó, por ejemplo, el personaje del cacique) muy honesta cuyos valores estéticos y éticos la hacen digna de revisión para cualquier mirada cinéfila que se precie. 
Todo ello hizo que Florián Rey recibiera la Medalla de la Bienal 1942 en el I Festival de Cine de Venecia, con nominación a la Copa Mussolini como Mejor Película; siendo también nominada en dicha categoría por el Sindicato Nacional del Espectáculo de España 1943.
Como siempre, se proporcionará a las personas asistentes documentación sobre la producción proyectada (Ficha técnica y artística, carteles, biografía del director, sinopsis, y comentarios histórico, ético-político y cinematográfico) realizada por el coordinador del Cine-Forum (José Ignacio Fernández del Castro); para, tras la proyección, desarrollar un pequeño coloquio. La sesión se celebrará en el Salón de Actos (Planta Baja) con asistencia libre. Resulta importante señalar la necesidad de acudir puntualmente a la hora fijada, pues, para evitar ruidos que interfieran la proyección, una vez iniciada la misma, se cerrarán las puertas de acceso a  la sala.