“Ya no tenía motivo
alguno por el que levantarme cada mañana. Mi estudio estaba en el ático de un
pequeño edificio de tres plantas de 9th Street; tenía un tragaluz en el techo,
una cama grande en una esquina y un teléfono sobre el suelo. No había ningún
otro mueble, ni siquiera un reloj. La luz me despertó. No sabía qué hora era,
ni tenía especial interés en saberlo. Mi capital se reducía a una moneda de
cinco centavos. No pensaba moverme hasta que sonara el teléfono y alguien me
invitara a almorzar o me ofreciera un trabajo, o al menos un préstamo. El
teléfono, sin embargo, se resistía, y mi estómago empezaba a protestar. supe
que cualquier intento de seguir durmiendo sería inútil.
Me di la vuelta en la
cama y vi que la casera había echado tres cartas por debajo de la puerta. El
único correo que había recibido en las semanas anteriores habían sido facturas
de teléfono y electricidad. La misteriosa tercera carta me hizo salir de la
cama.
Como era de esperar,
una de las cartas era de Consoldated Edison, la compañía eléctrica. La segunda
venía del Departamento de Justicia, y me informaba de que yo, Robert Capa, ex
ciudadano húngaro y actualmente sin nacionalidad definida, pasaba a ser
considerado por la presente un potencial enemigo extranjero, y como tal debía
hacer entrega de mis cámaras, objetivos y armas de fuego, además de solicitar
un permiso especial si quería alejarme a más de quince millas de Nueva York. La
tercera carta era del redactor jefe de la revista Collier’s. Me decía que
Collier’s, después de haber valorado mi portfolio fotográfico durante dos
meses, había llegado a la repentina conclusión de que yo era un gran fotógrafo,
que estaría encantado de encargarme un proyecto especial, que me habían
reservado una plaza en un barco que salía hacia Inglaterra en cuarenta y ocho
horas y que adjuntaba un cheque de 1 500 dólares como anticipo.
Me encontraba ante un
interesante dilema. Si hubiera tenido una máquina de escribir, y el carácter
suficiente, habría respondido a Collier’s para contarles que estaban requiriendo
los servicios de un enemigo extranjero, que no podía ir ni a Nueva Jersey,
mucho menos a Inglaterra, y que el único lugar al que podía llevar mi cámara
era a la Oficina
de Propiedades de Enemigos Extranjeros del ayuntamiento.
No tenía máquina de escribir,
pero sí una moneda de cinco centavos en el bolsillo. Decidí echarla al aire. Si
salía cara, intentaría salirme con la mía y viajar a Inglaterra; si salía cruz,
devolvería el cheque y le explicaría la situación a Collier’s.
Lancé la moneda y...
salió cruz.
Entonces me di cuenta de que en una moneda de cinco centavos no había
ningún futuro y tomé la decisión de guardar (y cobrar) el cheque y apañármelas
de algún modo para llegar a Inglaterra.”
Endre Ernö Friedmann, conocido
como Robert CAPA
(Budapest, Hungría, 22 de octubre de 1913 – Thai Binh Vietnam, 25 de mayo de 1954),
Slightly Out of Focus. 1947 (Ligeramente
desenfocado, 2009)
FELIZ AÑO 2013...
BRINDANDO PORQUE TRAIGA UN
RECORTE RADICAL EN EL NÚMERO DE SINVERGÜENZAS Y UN AJUSTE ESTRICTO DE LOS GASTOS DE
ESTA PÉSIMA Y TRISTE REPRESENTACIÓN A LA QUE DÍA TRAS DÍA NOS SOMENTEN...
ACASO ASÍ PODAMOS EXPLOTAR EL MEJOR DE LOS CINISMOS EN LA RECUPERACIÓN DE LOS VIEJOS SUEÑOS COMUNES Y ADORNARLOS DE NUEVO CON LAS MEJORES IMÁGENES.
ACASO ASÍ PODAMOS EXPLOTAR EL MEJOR DE LOS CINISMOS EN LA RECUPERACIÓN DE LOS VIEJOS SUEÑOS COMUNES Y ADORNARLOS DE NUEVO CON LAS MEJORES IMÁGENES.
¡¡SALUD, JUSTICIA Y LIBERTAD!!
Nacho Fernández del Castro, 28 de Diciembre de 2012