
El Centro Municipal Integrado
de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), en el mes de Octubre-2016
(Miércoles, día 19, a las 19 horas) da continuidad al Cine-Forum “Imágenes para Pensar”, una propuesta mensual de
audiovisuales (desde películas de ficción a documentales, pasando por
reportajes televisivos) relacionados con los temas que se desarrollarán días
más tarde en el Foro Filosófico Popular
“Pensando Aquí y Ahora”, y que
habrán de servir tanto para ilustrar y animar el debate de los participantes en
éste como para desbordar la experiencia subjetiva de tantas personas cinéfilas
dispuestas a contrastarla en un fructífero diálogo… En esta ocasión, la
Programación del Tercer Cuatrimestre 2016 nos acercará a la película Good Bye, Lenin! (2003) de Wolfgang BECKER (Hemer, Renania del Norte-
Westfalia, Alemania, 22
de Junio de 1954)... La cuarta propuesta (de sus únicos cinco largometrajes de ficción desde 1988) de este pausado realizador germano
(también guionista, director de fotografía y, ocasionalmente, actor, montador y
hasta asistente de cámara) constituyó sin duda (junto a su anterior Das Leben ist eine
Baustelle –La vida en obras-, 1997) su
mayor éxito internacional y una gratísima sorpresa… Y es que, en ella, se muestra
como el mes dctubre de 1989 no fue, precisamente, el mejor tiempo
para quedar en coma
en la República Democrática Alemana. Pero eso será lo que le va a suceder
a Christiane (Katrin Saß), madre de Alexander
Kerner (Daniel Brühl) y mujer militante
convencida del Partido Socialista Unificado de Alemania.
En realidad, ella había asumido esa vocación política tras la huida de su
marido Robert (Burghart Klaußner) a la República
Federal Alemana, así que,
cuando ve a su hijo en los disturbios que siguen a manifestaciones contra del
presidente Erich Honecker, simplemente
pierde el conocimiento. Al final, ocho meses más tarde, Christiane saldrá del
coma pero eso no hará sino complicar la vida de Alex, tan lleno de amor filial
como de cierto sentimiento de culpabilidad: el médico aconseja reposo y, sobre
todo, evitar cualquier disgusto para imposibilitar posibles recaídas, y, como
sabe que nada dañaría tanto el ánimo de su madre como enterarse de la caída
del Muro de Berlín y el triunfo del capitalismo en la
nueva Alemania
reunificada, decide ocultar a su madre esos históricos acontecimientos ocurridos
mientras estaba inconsciente… Pero, claro, no es fácil, y Alex comenzará por
montar una serie de falsos telediarios para reescribir con ayuda de Denis (Florian Lukas), un amigo del Berlín
Occidental que pretende ser cineasta, una historia del país “al gusto materno”.
Y, en esa atmósfera protectora para su madre, irá transformando el apartamento
familiar en un vestigio del pasado, una fortaleza
socialista para una vida de museo
en la apariencia de que nada ha cambiado.
Poco a poco, la mentira piadosa deviene
en estafa al ir incorporándose a la
farsa Ariane (Maria Simon), la
hermana mayor de Alex, parte del vecindario y Lara (Chulpan Khamatova), la enfermera soviética de la que Alex se había prendado
surante la estancia hospitalaria de su madre… Porque hay sucesos que no se
pueden ocultar ante los ojos de Christiane: un gigantesco cartel publicitario
de Coca-Cola que se posiciona frente a su ventana, una gran estatua de Lenin
que abandonando su pedestal surca los cielos… Y ella empieza a dudar de lo que
pasa, hasta que, en cuanto le es posible, sale de la casa para descubrir que
entre el vecindario parecen haberse implantado unos muebles nuevos totalmente
ajenos a los modelos típicos de la RDA…
Entre nuevas mentiras que eviten disgustos, Alex intentará distender el clima
familiar, organizando, con su madre, su hermana y el novio de ésta, una gira campestre, en la que se enterará de la verdadera historia de
la huída paterna: Robert había tratado de pasar a Alemania Occidental con toda
la familia en 1978, pero los temores de Christiane a la pérdida de sus hijos
ante un potencial fracaso del plan, hizo que lo abandonase en el último momento,
cosa de la que siempre se arrepentiría. Al final, tantas emociones y recuerdos
derivan en un nuevo infarto y, mientras Christiane es hospitalizada, Alex convence
a Sigmund Jähn (Stefan
Walz), quien fuera el primer astronauta germano-oriental y al que descubre
ejerciendo de taxista, para que aparezca
como el nuevo Presidente de la RDA con un discurso sobre "la necesidad de unirse con Alemania Occidental" en un
último telediario que sirva de cierre suave a la cadena de ficciones creada
para proteger a su madre. Pero durante la convalecencia hospitalaria Lara detalla
a Christiane todos los cambios sociopolíticos recientes y ésta, sintiéndose ya
al borde de la muerte mientras ve el último de los falsos telediarios de Alex, se hace plenamente consciente del empeño
de su hijo por crear y montar toda una realidad
paralela que le evite disgustos y, conmovida por su amor, decidirá ir a la
tumba sin revelarle que ya conoce la verdad de lo sucedido.



Irónico y preciso cruce de drama
familiar y comedia de situación
con trasfondo histórico, Good
Bye, Lenin! lo desborda todo con una clemente sutileza crítica que
despierta nuestra sonrisa más escéptica y ajena a concesiones… Porque, con
excelente pulso, montaje preciso y memorables interpretaciones retrata un
tránsito, muchas nostalgias, algunos secretos y unas pocas esperanzas, las del Berlín Oriental recién llegado al “paraíso capitalista”… Y es que, más allá de su condición de amena y
sorprendente comedia oscura, la
propuesta de Wolfgang Becker bucea con pericia en los claroscuros y las
renuncias personales y colectivas que supuso en la extinta RDA la caída del Muro (en la noche del 9 al 10
de Noviembre de 1989) a partir de una idea brillante (la pérdida de ese
acontecimiento histórico en la inconsciencia temporal de un personaje), la enmarañada
evolución del protagonista (de su rebeldía juvenil a sus vivencias contradictorias
de la “libertad postmuro”, por ejemplo, en en el desempleo y la falta de
oportunidades que llevará a su hermana a abandonar la Universidad para trabajar
en un Burger King) hacia la amorosa voluntad
protectora hacia su madre más allá del descubrimiento de secretos familiares
(con reencuentro paterno-filial incluido), y una exquisita consideración hacia
tantos alemanes orientales arrollados por los acontecimientos que transforman
su país y la fisionomía urbana de su capital. Una mirada verosímil y nada
complaciente, en fin, a un trozo de realidad histórica que, lejos de todo afán
de tornarse en tesis política o manifiesto sociológico, adquiere tonos didácticos contra corriente en el reparto de sus
certeras críticas, más o menos implícitas, a la aparatosidad burocrática y militarista del socialismo popular, y al oxímoron permanente (como la práctica de
la pornografía como cultura –de
mercado- o la extensión de la comida
basura en medio de una precarización
de la vida) del capitalismo federal.
Todo ello le supuso la conversión de la película en un verdadero fenómeno de masas en Alemania y en toda
Europa, así como un gran reconocimiento crítico para su autor, elevado ya al
Olimpo del cine alemán contemporáneo, a través de premios como el Ángel Azul a la Mejor Película Europea en el Festival
Internacional de Cine de Berlín- Berlinale 2003, su estreno mundial, con
nominación al Oso de Oro; el Premio
Especial del Jurado en la Semana Internacional de Cine de Valladolid-
Seminci 2003, con nominación
a la Espiga de Oro; el Premio Capri a la Película Europea en
el Festival
Internacional de Cine Capri Hollywood 2003; el Premio a la Mejor Película
Extranjera en el Festival de Cine de Flaiano 2003; los
Premios del Cine Europeo 2003, de la
European Film Academy (EFA), a la Mejor
Película Europea, el Mejor Actor Europeo (Daniel Brühl) y el Mejor Guión Europeo (Bernd Lichtenberg y Wolfgang Becker), con nominaciones
a la Mejor
Dirección Europea y la Mejor Actriz Europea, y los Premios
del Público al Mejor Director Europeo, el
Mejor Actor Europeo (Daniel Brühl) y
la Mejor
Actriz Europea (Katrin
Saß); el Premio
“Lola
de Oro” del Cine Alemán 2002, de la
Deutsche Filmakademie, al Mejor
Guión (Bernd
Lichtenberg y Wolfgang Becker), otorgado con la película en
fase de producción en base a su potencial; los Premios “Lola”
del Cine Alemán 2003, de la Deutsche Filmakademie, a
la Mejor
Película, la Mejor Dirección, el Mejor
Actor Principal (Daniel Brühl),
el Mejor
Actor Secundario (Florian Lukas),
el Mejor
Diseño de Producción (Lothar Holler),
el Mejor
Montaje (Peter
R. Adam) y la Mejor Banda Sonora Original (Yann Tiersen), con nominaciones a la Mejor
Actriz Principal (Katrin
Saß) y la Mejor Actriz Secundaria (Maria
Simon), y el Premio del Público a la Película Alemana del Año; el Premio
Bambi 2003, de la Hubert Burda Media de Alemania; el Premio Golden Screen 2003
de los distribuidoes cinematográficos
alemanes; el Premio Guild Film 2003, del Guild of German Art House
Cinemas, a la Película Alemana; el Premio
Goya 3004, de la Academia de las
Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, a la Mejor Película Europea; el
Premio
Cesar 2004, de la Académie des Arts et Techniques du Cinema de Francia, a la Mejor
Película de la Unión Europea; el Premio del Público en los Premios
Bávaros del Cine (Bayerischer Filmpreis) 2004, del Gobierno de Bavaria; el Premio DGGB 2004, del Directors Guild of Great Britain, a la Dirección Fuera de Serie de Película en Lengua Extranjera; el Premio
ALFS 2004, del London Critics Circle Film, a la Mejor
Película del Año en Lengua Extranjera; el Premio
Robert 2004, de la Academia del
Cine Danesa, a la Mejor Película
No Americana; el Premio Bodil 2004, de la Asociación
Nacional de Críticos de Cine de Dinamarca (Filmmedarbejderforeningen), a la Mejor Película No Americana; los Premios
del Público 2004 Sant Jordi del, de Radio
Nacional de España en Barcelona, y Turia, de la Comunidad Valenciana y Cartelera
Turia,a la Mejor Película Extranjera; el Premio del Jurado al
Descubrimiento cinematográfico como Mejor Película en Lengua
Extranjera en el US Comedy Arts Festival- Las Vegas 2004; o la Segunda Mejor Película en Lengua Extranjera
en los Awards Circuit Community Awards 2003; así como otra decena y
media de nominaciones, incluyendo la
de Mejor
Película en Lengua Extanjera a los Globos
de Oro, de la Hollywood
Foreign Press Association (HFPA), y a los BAFTA,
de la British Academy of Film and Television Arts, o la de Mejor Película de la Unión Europea al David di Donatello, de la
Accademia del Cinema Italiano.




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