jueves, 23 de abril de 2015

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO CONTINÚA LA PROGRAMACIÓN DEL PRIMER SEMESTRE DE 2015 EN EL NUEVO CICLO (DE LO NUEVO: ENTRE INDIES Y SHOWMEN), DENTRO DE SU CINE-FORUM “RECUPERANDO LA MEMORIA HISTÓRICA”, CON TODAS LAS CANCIONES HABLAN DE MÍ (2010) DE JONÁS TRUEBA (27 DE ABRIL)



 
El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), en la sesión del mes de Abril-2015 (Lunes, día 27, a las 19 horas) de su Cine-Forum “Recuperando la Memoria Histórica”, como continuación del Ciclo “De lo nuevo: Entre indies y showmen” (que viene ofreciendo muestras de la obra reciente de directores e intérpretes españoles con proyección mediática previa –Pablo Carbonell, Toni Nievas, Paco León- junto a lo más granado del panorama independiente actual –Javier Rebollo, David Pinillos, Jonás Trueba-), presentará la película Todas las canciones hablan de mí (2010), de Jonás Rodríguez Huete, conocido artísticamente como Jonás TRUEBA, (Madrid, 1981). La opera prima de este inevitable cinéfilo (hijo de Fernando Trueba y la productora Cristina Huete, sobrino de David Trueba y la actriz Ariadna Gil, primo de Violeta Rodríguez,…) es un verdadero manifiesto (explicitado tres años después en Los ilusos) de sus referentes y de una decidida apuesta por el cine más  independiente y autoral...  Atípica comedia romántica, la historia de Ricardo (Oriol Vila) y Andrea (Bárbara Lennie) no es un “chico encuentra chica”, sino “chico (enamorado hasta las trancas) ve como se rompe su relación con chica… Y trata de olvidarla”. Porque Ramiro, una especie de truffautiano Antoine Doinel madrileño y casi treintañero, se siente malquerido e intenta arrinconar los recuerdos de sus seis años con Andrea, pero ellos (y ella) siempre vuelven aún con más intensidad. El calcula que la superación de su dolorosa realidad le llevará, al menos, la mitad del tiempo que duró el idilio, pero apenas se esfuerza por solazarse o buscar otra gente, y se pierde, desde la pedantería de su condición de licenciado en Filología subempleado, en reflexiones que le sumergen en la melancolía en medio de una distante y conformista inacción. Mientras, trabaja en la librería de su tío, una especie reducida de Strand neoyorquina donde cualquier libro nuevo, usado o raro se puede encontrar; no encuentra consuelo ni guía en la amabilidad de sus amistades de siempre, y, aunque cobra una cierta esperanza con los ánimos que le dan para que imprima sus viejas poesías, redescubiertas en la casa de su madre tras la ruptura, y, con la ayuda de su tío, hace una modesta tirada de quinientos ejemplares, el que hasta su nombre aparezca mal escrito en la portada no hace sino aumentar la doliente nostalgia de quien ya sólo acierta a mirar hacia atrás, renunciando a tirar para adelante. Porque, a fin de cuentas, cuando se siente como un destino fatal la imposibilidad del olvido, hasta las canciones que se escuchan parecen hablar siempre de uno y de sus marchitas historias de amor.
Relato de iniciación por capítulos que adopta la forma de monólogo para tratar de ser el manifiesto cinematográfico de un dispuesto cineasta que, asumiendo riesgos notorios en el tono y en las formas (llenando la propuesta de imágenes fuera de foco para recrear escenarios gélidos y desvaídos que ahondan la distancia entre la narración y las experiencias narradas), acaba por incorporar la propia indolencia del protagonista, sin un desarrollo nítido y preciso de sus explícitos principios de estilo .... La exposición fríamente naturalista de los sucesos aporta sin duda valor visual, pero la combinación entre una banda sonora malograda y la impostación de una voz en off átona ante su propia historia (en medio de pretenciosas peroratas existenciales) lastra la posible conexión permanente de la mirada con lo que sucede en la pantalla. Y, sin embargo, deja un regusto de honestidad, de sinceridad esencial (por encima de lo formal) en el logro de un reflejo paradójicamente pertinente de esas sensaciones que a todos nos han envuelto en alguna etapa del devenir vital… Todas las canciones hablan de mí viene a suponer, pues, un chocante ejercicio de autodeterminación constreñida en la que anida, en todo caso, la voluntad (expresada por Jonás Trueba, en esa condición de rara avis por el lenguaje cinematográfico utilizado, el enfoque existencial adoptado o los referentes fílmicos y literarios reconocidos), de un bienaventurado encuentro con una personalidad genuina en el cinéma_d'auteur… Y así lo parecen mostrar reconocimientos de la crítica como las nominaciones a los Premios Goya 2011 de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de España  a la Mejor Dirección Novel y al Mejor Actor Revelación (Oriol Vila); Sección Oficial en el Festival Internacional de Cine de Gijón-FICXixón 2010, su estreno mundial, pasando también por festivales como Cineuropa 2010 en Santiago de Compostela.
Imagen de Todas las canciones hablan de mí (Todas las canciones hablan de mí)Como siempre, se proporcionará a las personas participantes documentación sobre la obra proyectada (Ficha técnica y artística, carteles, biografía del director, sinopsis, y comentarios histórico, ético-político y cinematográfico) realizada por el coordinador del Cine-Forum (José Ignacio Fernández del Castro); para, tras la proyección, desarrollar un pequeño coloquio. La sesión se celebrará en el Salón de Actos (Planta Baja) con asistencia libre.
Resulta importante señalar la necesidad de acudir puntualmente a la hora fijada, pues, para evitar ruidos que interfieran la proyección, una vez iniciada la misma, se cerrarán las puertas de acceso a la sala.

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