viernes, 21 de septiembre de 2018

EL CENTRO MUNICIPAL INTEGRADO DEL LLANO COMIENZA LA PROGRAMACIÓN DE DE SU CINE-FORUM “RECUPERANDO LA MEMORIA HISTÓRICA” EN EL TERCER CUATRIMESTRE DE 2018 (CICLO “FILMÁBAMOS AYER…”) CON LA PROYECCIÓN DE MUERTE DE UN CICLISTA (1955) DE JUAN ANTONIO BARDEM (24 DE SEPTIEMBRE)


Resultado de imagen de Carteles de Muerte de un ciclista
El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37- Gijón), en la sesión del mes de Septiembre-2018 (Lunes, día 24, a las 19 horas) da continuidad a su Cine-Forum “Recuperando la Memoria Histórica, iniciando el Ciclo “Filmábamos ayer…: Juan Antonio Bardem, Ladislao Vadja, Edgar Neville, Fernando Fernán gómez” (que hará una cala en lo mejor -y más olvidado- del cine clásico español de grandes directores ya fallecidos)… Esta actividad, organizada en colaboración con el Departamento de Proyectos Culturales de la FMCEyUP del Ayuntamiento de Gijón, arranca con la proyección de Muerte de un ciclista (España- Italia, 1955) de Juan Antonio BARDEM MUÑOZ (Madrid, 2 de Junio de 1922- 30 de Octubre de 2002)
Resultado de imagen de Juan Antonio BardemEl cuarto largometraje (tercero en solitario, pues comenzó codirigiendo con su amigo Luís García Berlanga el  corto Paseo por una guerra antigua, 1948 –en el que también estaban Agustín Navarro y Florentino Soria-, y el largo  Esa pareja feliz, 1953) de uno de los grandes directores del compromiso (punta de lanza de la renovación del cine español en los años cincuenta y una de las gigantescas “tres B” del gran cine español, junto a Buñuel y Berlanga), es generalmente considerada su obra maestra… 
Resultado de imagen de Muerte de un ciclistaPorque en ella se nos cuenta la peripecia de María José de Castro (Lucía Bosé), joven burguesa madrileña, y su amante Juan Fernández Soler, profesor universitario, que, en una de sus escapadas amatorias, atropellan accidentalmente a un ciclista… Cuando Juan baja del coche a  comprobar su estado, ella le detiene para evitar problemas y ambos regresan al coche para abandonar rápidamente el escenario entre algún remordimiento y muchos temores a que el asunto se pueda descubrir… Hasta que se van cerciorando de que nadie parece saber nada concreto de lo sucedido. Pero, mientras María José es asediada por algunas insinuaciones de Rafael Sandoval (Carlos Casaravilla), un crítico de arte, Juan lo será cada vez más por su propia conciencia: ella, cada vez más suspicaz ante la sospecha de que Rafa algo sabe de lo ocurrido, siente amenazada su reputación; él,  crecientemente perturbado por un progresivo sentimiento de culpa, ve sus tareas cotidianas llenarse de despistes por más que intenta aparentar calma y normalidad. Así que, cuando una de sus negligencias docentes (devuelve a una alumna que estaba realizando una prueba oral a su sitio entre gritos, tras sentir alucinadamente que su voz constriñe el devenir de sus ideas, y, luego, la suspende) desemboca en el descrédito profesional ante sus superiores y en las protestas del alumnado,  decide, después de ponerlo en conocimiento de María José, abandonarlo todo y entregarse a las autoridades. Pero ella no está dispuesta a renunciar así como así a su condición pública de “buena burguesa”, y para no tener que hacerlo, atropella premeditadamente a Juan en la misma carretera en la que habían arrollado y abandonado al ciclista… Pero acaso a ella le espere el mismo destino, aunque pueda ser con algún ciclista que, más decente que ella, avise inmediatamente del accidente
Resultado de imagen de Muerte de un ciclistaJuan Aantonio Bardem, que había dicho en las famosasConversaciones de Salamanca (1955) que el cine español era “políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”, irrumpió en ese panorama con pulso certero y, a veces, sublime…  Como ocurre en Muerte de un ciclista, situada en la estela de Cronaca di un amore (1950) de Michelangelo Antonioni, genuino ejemplo de esa suerte de postneorrealismo  que les une en la búsqueda permanente de planos reflexivos y hermosos desde los que mirar la realidad para develar su cadencia y, ¿por qué no?, su hechizo, narrándola con personalidad y afilado coraje… En Bardem, como aquí se muestra, hay además elegancia, cada uno de sus fotogramas quiere un cine consolidado como medio de expresión inequívocamente estética capaz de indagar con voluntad pictórica y sonora en lo oculto. Así lo hace aquí, desde una primorosa selección de tomas y escenarios (casi todos en los alrededores de los madrileños Estudios Chamartín) magistralmente fotografiados por Alfredo Fraile o un eficaz trabajo interpretativo, para dejar nuestras miradas ante un tratamiento narrativo y visual resultan difícilmente mejorable…  Además, por supuesto, el atropello y abandono de un ciclista por la parejita adultera se converte en manos del comprometido director en denuncia de la egocéntrica insolidaridad de la burguesía. Para decirlo con las palabras de José María Caparrós Lera (en el Cap IV: "La oposición al franquismo: Muerte de un ciclista (1955), Calle Mayor (1956), y La Venganza (1957), de J.A. Bardem" de sus Estudios sobre el cine español del franquismo (1941-1964) del 2000), "[en] Muerte de un ciclista […] se pueden apreciar el tráfico de influencias y la situación de la clase obrera en esa etapa de posguerra, asÌ como el fariseísmo de determinada sociedad, o los primeros conatos de rebelión estudiantil, además del trasfondo político español y la crisis de algunos intelectuales, […] incluso se identificó a Bardem con el crÌtico de arte que incorpora Carlos Casaravilla". Y añade:  "La muerte de Juan por María José adquiere trascendencia y verosimilitud, en cuanto de lo social se trasciende al mismo ámbito actuando políticamente: es una clase social defendiendo a toda costa sus privilegios. Muerte de un ciclista es, por tanto, la descripción crítica de un país que vive un periodo de confusión social, en el que la miseria y el lujo no hallan un punto medio de confluencia."… Todo ello la sitúa entre las mejores películas españolas de la historia en todas las listas y, en su momento (pese a los recelos de la censura, a duras penas salvados por la decidida búsqueda de compañías coproductoras por Manuel Goyanes) le valió a el Premio FIPRESCI de la Crítica Internacional en su estreno mundial, fuera de la sección oficial, en el Festival de Cannes 1955; y el Premio a la Mejor Película 1955 del Sindicato Nacional del Espectáculo de España.
Resultado de imagen de Muerte de un ciclistaComo siempre, se proporcionará a las personas asistentes documentación sobre la producción proyectada (Ficha técnica y artística, carteles, biografía del director, sinopsis, y comentarios histórico, ético-político y cinematográfico) realizada por el coordinador del Cine-Forum (José Ignacio Fernández del Castro); para, tras la proyección, desarrollar un pequeño coloquio. La sesión se celebrará en el Salón de Actos (Planta Baja) con asistencia libre. Resulta importante señalar la necesidad de acudir puntualmente a la hora fijada, pues, para evitar ruidos que interfieran la proyección, una vez iniciada la misma, se cerrarán las puertas de acceso a  la sala.
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