El Centro Municipal Integrado de El Llano (c/ Río de Oro, 37-
Gijón), en la sesión del mes de Septiembre-2019 (Lunes,
día 23, a las 19 horas) da comienzo a la programación de su Cine-Forum “Recuperando la Memoria Histórica ”
para el Tercer Cuatrimestre 2019, con
el Ciclo “Así es la vida…: Mariano
Barroso, Alfonso Sánchez, Rodrigo Sorogoyen, Daniel Calparsoro” (que hará una cala en la visión de las sombras
del sistema en el que vivimos a través de thrillers llenos de la
voluntad de estilo de directores nacidos en el tardofranquismo o la primera
transición)…
Esta actividad, organizada
en colaboración con el Departamento de
Proyectos Culturales de la FMCEyUP del Ayuntamiento de
Gijón, arranca con la proyección de Los Lobos de Washington (España, 1999) de Mariano
BARROSO AYATS (Sant Just Desvern, Barcelona, 26 de
Diciembre de 1959)… El cuarto largometraje (tras Mi
hermano del alma, 1993; Éxtasis,
1995; y la telemovie Lucrecial, 1994) del actual director de la Academia
de Artes y las Ciencias cinematográficas de España, es una verdadera
indagación en las debilidades y torpezas masculinas, y mantendría la línea de
buena recepción crítica marcada desde su opera prima…
En él se nos narra la historia de Miguel (Eduard
Fernández) y Alberto (Javier Bardem),
los propietarios de un bar que sólo da quebraderos de cabeza.... Así que, agobiados
por las deudas (además Alberto, alcohólico irredento, se ha divorciado de Sara –María Pujalte-, con la que tiene un
hijo) y necesitados de dinero rápido para
salir del pozo en el que andan metidos, pergeñarán un plan más que chapucero para
robar el efectivo que precisan a su amigo Claudio (José Sancho), típico y tópico hombre de negocios con “tendencia a
la estafa”, un chalé en la periferia residencial y la despampanante Elena (Vicenta N’Dongo) como esposa. Lo que
ignoraban Miguel y Alberto es que no son los únicos que están planeando robar a
Claudio: el amante de su mujer, el cartero Antonio (Alberto San Juan) pretende matarlo, y el joven y desocupado Pablo (Ernesto Alterio), amigo de Alberto del
bar, también están en la idea de desplumarle. Así que, cuando todos los
protagonistas se encuentran en una noche tormentosa, los planes comienzan a
enredarse y torcerse, la cosa se complica con una bolsa de dinero perdida por
medio, y toda la codicia, la envidia y el rencor afloran mostrando todas las
debilidades del ser humano… Mientras “Los Lobos de Washington” del cercano
circo son los mudos testigos y el Hombre Bala (Juan Carlos Vellido) puede tener la clave de una salida.
Thriller dramático situado, pues, más allá del simple realismo naturalista ("la noche te permite, como el blanco y
negro, distanciarte de la realidad, alejarte del punto realista y
naturalista" diría Mariano Barroso), Los Lobos de Washington, como decía
José Sancho, “empieza en el mismo lugar
donde termina el metro”, en un doble sentido: el espacio de una periferia
industrial (de polígonos industriales, pongamos Mercamadrid) y la trama de engaños entre cinco hombres que, como afirmaba
el propio director, "se comportan
con los códigos de una manada", un clan jerárquico que castiga los
intrusos y fuerza enfrentamientos entre ellos y, a la vez, de cada uno consigo
mismo. Presta un impagable servicio a este propósito, convertir la intriga en
simple excusa para el desarrollo dramático (mentiras de por medio) de unos
personajes, el excelentemente dirigido elenco de intérpretes encabezado por José
Sancho (el “malísimo” de la historia), Javier Bardem (el ·borracho
desestructurado·, también en funciones de productor ejecutivo), Eduard
Fernández (el “tramposo bueno”), Ernesto Alterio (el “tontito”) y Alberto San
Juan (que hiciera llegar al directro el guión de Juan Cavestany, lleno de
brillantes diálogos). Barroso y Cavestany, entre resonancias de David Mamet o
los hermanos Cohen, develan, en fin, la masculinidad como fuente de debilidad a
través de cinco personajes muy masculinos que partiendo de una tópica dureza se
ven forzados a enfrentarse a sus propias inseguridades constitutivas hasta
descubrirse “masculinamente frágiles” (paradójicamente, salvo el personaje que,
desde el principio, lo parecía)… Una historia sórdida que decanta un humanismo lúcido y gratificante, insólita
en el panorama del cine español por el desprendimiento de sugerencias vitales
que encierra su lóbrega violencia.
Por ello, más allá de posibles
desequilibrios derivados de su intensidad, obtuvo un notable aplauso de la
crítica con reconocimientos como el Premio
Ondas 1999 de Radio Barcelona-Cadena
SER a la Mejor Interpretación
Masculina en Ficción (Javier Bardem y Eduard Fernández, exaequo); el Premio Sant Jordi de Cinematografía 2000 de Radio Nacional de España en Barcelona al
Mejor Actor Español (Eduard Fernández);
y el Gran Premio Violette d’Or a la Mejor Película, junto a los Premios a la Mejor Dirección y, del Jurado Estudiantil, al Mejor Actor (Ernesto Alterio) en el Festival Toulouse Cinespaña 1999; así
como la nominación a Mejor Actor Revelación (Eduard
Fernández) en los Premios Goya 2000
de la Academia de las Artes y las
Ciencias Cinematográficas de España.
Como
siempre, se proporcionará a las personas asistentes documentación sobre la
producción proyectada (Ficha técnica y artística, carteles, biografía del
director, sinopsis, y comentarios histórico, ético-político y cinematográfico)
realizada por el coordinador del Cine-Forum (José Ignacio Fernández del
Castro); para, tras la proyección, desarrollar un pequeño coloquio. La
sesión se celebrará en el Salón de
Actos (Planta Baja) con asistencia libre. Resulta importante señalar
la necesidad de acudir puntualmente a la hora fijada, pues, para evitar ruidos
que interfieran la proyección, una vez iniciada la misma, se cerrarán las
puertas de acceso a la sala.
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